Fintech: ¿la evolución de la banca tradicional en Colombia?

La innovación tecnológica llegó con un gran desafío para los actores del sector financiero, quienes desde los últimos años han reconocido que mantener el mismo ritmo de sus operaciones no es una opción y que al negocio bancario le quedan dos alternativas: o se transforma o desaparece.

Hace un poco más de cinco años, cuando las Financial Technologies (fintech) comenzaron a tener gran incidencia en el mercado, fueron percibidas como una amenaza para el sistema financiero tradicional. Sin embargo, hoy, lejos de ser catalogadas como un enemigo, estas iniciativas se han convertido en la puerta de acceso a la transformación de la banca y sus aliadas.

No obstante, dicha evolución no solo implica una migración hacia los modelos digitales, sino que también es necesario un cambio de mentalidad en la industria para cumplir las exigencias de los usuarios actuales y futuros. Precisamente, en medio de este acelerado crecimiento, las fintech han llegado para reestructurar el ecosistema financiero y convertirse en la respuesta a la necesidad de inclusión financiera que tiene el país.

En Latinoamérica el negocio de las tecnologías financieras sigue en ascenso, ya que además de crecer anualmente a una tasa promedio del 40%, cada vez son más los recursos privados que se invierten para apoyar los emprendimientos que buscan crear nuevos productos y servicios. Así lo confirmó un estudio de la firma KPMG, el cual revela que durante 2017 se invirtieron USD$ 31.000 millones, de los cuales 711 negocios en América recibieron USD$ 19.000 millones (63,9%).

Colombia no le ha dado la espalda a esta tendencia. La tasa de crecimiento de esta industria ya alcanzó el 60% durante el último año (20 puntos porcentuales más sobre la media regional). Además, se ubicó como el tercer país de la región que lidera la actividad fintech.

Durante 2017, el 53% de los colombianos dejó de visitar las sucursales físicas de su banco para realizar diferentes transacciones desde su celular o computador, según muestran los reportes de la Superintendencia Financiera. Sin embargo, gracias a la rápida penetración de internet, se prevé un acceso significativo a este tipo de servicios para los próximos siete años, con un incremento de 721% (más de 15 millones de usuarios).

Algunas ventajas, como la reducción en los costos de procesamiento y operación, así como las nuevas formas de identificar el perfil de los clientes y sus capacidades de crédito, dan paso a esta expansión y a la creación de productos más asequibles para usuarios con bajos ingresos, lo que a su vez permite un avance en términos de inclusión financiera.

Sin embargo, a pesar de los notables beneficios que puede traer el crecimiento de estos proyectos, no hay que desconocer que lograr una acogida eficiente y una transformación real en la forma de acceder a los servicios financieros no es una tarea fácil. Las empresas y las entidades bancarias, entre otras instituciones financieras, se enfrentan a múltiples retos al momento de ejecutar estrategias de innovación:

1. Transformación competitiva

En un contexto en el que las nuevas tecnologías continúan ganando terreno, la evolución del panorama competitivo en el sector financiero es indudable. La nueva competencia es desconocida e impredecible. Está lista para apropiarse de la innovación y romper con las operaciones de la banca tradicional. Por eso es necesario comprender los actuales modelos de negocio y las nuevas necesidades de los clientes.

2. Regulación

La regulación debe ir a la par con la innovación. Si bien este tema está en manos de la Superintendencia Financiera y el Ministerio de Hacienda, uno de los mayores desafíos que plantea el auge de las fintechs es la creación de un terreno de juego en el que los actores involucrados puedan participar con las mismas condiciones, con el objetivo de garantizar competencias justas.

Desde el punto de vista del consumidor, a la hora de efectuar transacciones en línea, existen riesgos en materia de seguridad y en protección de la información personal. Por lo tanto, teniendo en cuenta que los datos son un activo clave para la economía digital, es importante plantear que el acceso siempre esté autorizado por los clientes y que, además, los consumidores obtengan información clara sobre condiciones y costos que pueda implicar este tipo de servicios.

Países como México, Reino Unido, España y Alemania han presentado avances significativos en la regulación de estas actividades. Por ejemplo, en México las autoridades debaten un proyecto de ley que busca evitar los fraudes y proteger los derechos de los consumidores. A medida que los negocios de tecnología financiera en Colombia comiencen a ser regulados, aumentará la confianza de los consumidores y la seguridad en el mercado.

3. Inclusión digital

En Colombia, el reto de elevar el índice de inclusión financiera, a través del uso de las fintechs, debe atenderse partiendo desde la necesidad de acercar a la población a las nuevas tecnologías y de garantizar el acceso a una eficiente infraestructura de telecomunicaciones y conectividad móvil.

La transformación en los modelos de consumo dependerá de la optimización del ecosistema digital y de la inmediatez que ofrezcan las interconexiones técnicas para atender los requerimientos de los usuarios.

Fuente:

colombiafintech.co

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